El embarazo y la quiropráctica

25/04/2019 | 522

El embarazo y la quiropráctica

¿Cómo ayuda la quiropráctica a adaptarse a los cambios hormonales y físicos de este periodo?

 

Un momento de cambios:

El embarazo es claramente un momento de grandes cambios tanto físicos como químicos en el cuerpo de la mujer. Esto no sólo influye  a nivel de aumento de peso o de la alteración de su campo de gravedad, sino que su columna se vuelve más flexible con la producción de relaxina, una hormona que liberan los ovarios cuyo papel es relajar los ligamentos pélvicos para prepararlos para el parto.

Si ya existe un desequilibrio, la relaxina puede aumentar el malestar porque se formarán más subluxaciones y se debilitará el sistema nervioso.

La quiropráctica:

La quiropráctica nos ayuda a que el sistema reproductor así como los otros sistemas del cuerpo, reciban, sin interferencias el flujo de transmisión proveniente del sistema nervioso a través de la columna vertebral. Con esto se consigue una columna libre de subluxaciones y un sistema nervios sin interferencias.

Durante el embarazo es muy común una subluxación causada por estrés tanto mecánico (cambio del centro de gravedad, aumento de peso…) como químico (cambios hormonales, medicación, ambiente, comida rápida) o emocional (temores, expectativas, estado de ánimo…)

Sea cual fuera la causa, el resultado es una interferencia en la transmisión de impulsos nerviosos que puede afectar negativamente tanto a la madre como al desarrollo del feto.

Las ciáticas o lumbalgias tan comunes en este periodo, provocadas en gran medida por los mencionados cambios de gravedad, de posicionamiento y flexión vertebral, suponen una molestia a la actividad diaria, así como la pesadez de piernas y el malestar general gastrointestinal.

La quiropráctica es una manera natural de ayudar al cuerpo a reducir al máximo las manifestaciones de esta etapa, con el objetivo de hacer estos meses más llevaderos y de poder continuar con la actividad normal.

Ajustando la columna vertebral de la embarazada, se reducen las subluxaciones vertebrales o desplazamientos leves de las vértebras que alteran la función de los nervios, permitiendo así la autorregulación del organismo para que la mujer pueda continuar activa a lo largo del embarazo.

La quiropráctica ayuda con esto a un desarrollo de estos cambios de la manera más llevadera posible; inhibición de los vómitos, alivio de problemas comunes a este periodo como son las ciáticas, pinzamientos, molestias en la ingles, calambres, dolores de cabeza…

 

El quiropráctico seguirá un control para augurarse de que tanto la pelvis, que se ve especialmente afectada en todo el proceso, como las vértebras, se encuentran en equilibrio y funcionen de manera unificada.

Una disfunción en la zona lumbar y/o pélvica puede crear tensión en los ligamentos pélvicos que sostienen el útero y consecuentemente influir en un mal posicionamiento del bebé, ocasionando problemas que pueden desembocar en cesárea.

Un seguimiento y control de esta posible tensión en los ligamentos propicia a menudo el cambio de posicionamiento del feto antes del parto, contribuyendo a facilitar un parto natural.

 

Para más información:

Teléfono: 914550416

Correo: info@centroquiroprácticomadrid.com

Web : www.centroquiroprácticomadrid.com

 

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